En 2018 eructé. Hice la cama unas cuántas veces. Compré fideos, palta, coca. Frené en casi todas las esquinas, inflé la bicicleta. Me saqué diez en dos parciales domiciliarios, y nunca me había sacado un diez en mi historia universitaria. Soñé con fronteras, aeropuertos, aduanas, viajes en barco, ómnibus, avión…

En el bosque galería En la calurosa humedad de la tarde en el trabajo de una cuadrilla de espacio público que busca quebrar una rama con una soga en los dibujos de la tierra adherida al parabrisas en el bosque galería improvisado por una tipa y un plátano de la calle Elpidio González en el orquestado desplazamiento del paseaperros con su tropa creí ver un poema Y los trinos de los pájaros bajaron por los cables sueltos y el agua estancada contra el cordón de la vereda circuló como un pequeño arroyo donde flotaban inmóviles los textos desechados

sol del mediodía en las alturas de un ritual primero aparece el río con sus vetas, lo rodea una constelación al espacio del balcón le falta un verso: entra la blancura, nadie lo nota dos guardianes observan al que fui soy mi manera de olvidar, mi frontera de viento el peligro de caer me acompaña hasta la planta baja

A esta altura del año pasado ya la propietaria del ph que alquilábamos nos había hecho saber, por intermedio del nefasto dueño de la inmobiliaria, que no nos iban a renovar el contrato. Quisimos contactarla, por teléfono, por whatsapp, para saber cuál era el motivo de la no renovación, ya…